sábado, 2 de abril de 2011

Carta abierta para niños y niñas que van a la escuela


Querido niño o niña:

Hay una serie de cosas que debes saber y que voy a explicarte en esta pequeña carta. Para que sepas qué es lo que debes hacer en la escuela, y qué es lo que debes pedir de ella, de tus maestros y compañeros.

Seguramente te han repetido varias veces lo que tú debes hacer, es decir, tus obligaciones: portarte bien, ser respetuoso con tus maestros y tus compañeros, hacer los deberes, tener tus cuadernos ordenados y al día, ir aseado y uniformado a clases, ser amable con todos. Esto es así y debes tratar de cumplirlo. Pero aquí va­mos a hablar ahora no de las obligaciones que ya co­noces, sino de lo que los demás deben hacer por tí. Es decir, vamos a hablar de tus derechos.

 NADIE PUEDE MALTRATARTE POR SER NIÑO O NIÑA  Nadie pue­de tirarte las orejas, pegar­te o lastimarte. Nadie puede bur­lar­se de tí, humi­llarte, avergonzarte en público, mandarte a parar en la esquina, o portarse grosero contigo. Los niños de­ben ser bien tratados, queridos y respetados. A la escuela debes ir con­tento, tranquilo, sin miedo. Las personas más importantes de la escuela son los niños, no los adultos. 

 NADIE PUEDE MALTRATARTE POR SER POBRE. Ser pobre no es pecado. También tu maestro o maestra seguramente es pobre. En nuestro país y en el mundo, la mayoría de personas son pobres. La mayoría de los niños son pobres y la ma­yoría de pobres son ni­ños. Tú no eres culpable de ser pobre. Si hay tanto pobre en el mundo, es porque hay injusticia. Es nuestra sociedad la que está mal, no tú. Es nuestra sociedad la que debe avergonzarse, no tú. 

 NADIE PUEDE MALTRATARTE POR EL COLOR DE TU PIEL. En el mundo hay diferentes nacionalidades, culturas, lenguas, religiones, razas, culturas, colores de piel. Ninguna es mejor que otra. Ser “blanco” no significa ser mejor. En nuestros países, todos tenemos algo de mestizos, de in­dios o de negros. No hay nada de qué avergon­zarse: to­dos merece­mos el mismo respe­to.

 NADIE PUEDE MALTRATARTE POR SER MUJER Los niños y las niñas, los hombres y las mujeres, tenemos las mismas ca­pacidades. No permitas que te dejen atrás, que te obliguen a con­formarte con lo mínimo, que te ofrez­can ventajas fáciles por ser niña, que te consientan y te impidan desarro­llarte por tí so­la. No dejes que te convenzan de que las mujeres son inferiores a los hombres, porque no es cierto.

 NADIE PUEDE MALTRATARTE POR TENER UN DEFECTO FISICO Tener un defecto físico no es algo terrible ni es tu culpa. No por eso eres una persona anormal. Incluso niños ciegos, sordos, mudos, o con alguna enfermedad grave pueden aprender si se les dedica atención y amor y si se usan los métodos apropiados. Los niños que tienen algún problema, precisamente por eso deben ser tratados con considera­ciones especiales.

 NADIE PUEDE MALTRATARTE POR SER DE OTRO LUGAR  Nadie debe hacerte sentir mal porque vienes de otro país, de otra ciu­dad o pueblo. Tal vez eres un poco diferente a los de­más porque tienes otro idioma, otra manera de hablar, otros gustos, otras costumbres, otras i­deas. Pero ser dife­rente no es un problema. Todos necesi­tamos a­prender a comprender y respe­tar lo que es di­ferente a uno. No per­mitas que te hagan sentir ex­tranje­ro, extraño, fuera de lugar: tie­nes los mismos derechos que to­dos los demás.

 NADIE PUEDE MALTRATARTE POR NO APRENDER RAPIDO Cada persona tiene intereses diferentes y aprende de manera diferente. Unas apren­den más despa­cio que otras. Unas disfrutan de unas materias, otras de o­tras. Si no aprendes rápido, tal vez el pro­blema no es tuyo sino de quienes te enseñan, de lo que te enseñan y de cómo te enseñan. Nadie puede a­prender si no entiende, si no le encuentra gusto o utilidad a lo que le en­señan, si le amenazan y castigan constantemente. No aceptes que te llamen tonto, ignorante o incapaz. Si no entiendes, pre­gunta. Tienes derecho a preguntar, a que te expliquen, a que te enseñen. Para eso es la escuela. Para eso están los maestros.

Querido niño o niña: La escuela se hizo para que los niños estén juntos, jueguen, aprendan, se sientan felices. Si te sientes triste, si te sientes mal, es la es­cuela la que está mal, no tú.

Querido niño o niña: No permitas que sólo te recuerden tus obli­gaciones. Reclama por tus de­rechos. Aprende a defender tus dere­chos desde niño para que así puedas defenderlos mejor cuando seas gran­de.



* Texto publicado originalmente en Familia, Suplemento del diario El Comercio de Quito, 02/06/91. Publicado en diversos países e idiomas en boletines y revistas internacionales. Incluido en la contraportada de los libros de educación intercultural bilingüe elaborados por el gobierno boliviano y UNICEF en Bolivia (1993). Incluido en la Colección Libros del Rincón de la Secretaría de Educación Pública de México (1993), colección distribuida a todas las escuelas rurales del país. Publicado en inglés en Education News, Nº 11, UNICEF, Education Cluster, New York, 1995. Editado y distribuido como folleto en el Ecuador a propósito del lanzamiento del Código Nacional de la Niñez y la Adolescencia (2003), siendo entonces Ministra de Educación y Culturas.

Reproduzido de Otra Educación


No basta con "mejorar" la educacion, necesitamos otra educación.

Um comentário:

Maria Docente disse...

Concordo com o texto plenamente. Principalmente a fala de que a "escola é das crianças, para as crianças". Isso indica que o melhor da escola deve ser para elas.
Ainda temos muito a fazer nesse sentido. As salas das professoras, os banheiros e os recreios costumam ser bem diferentes do que oferecem às crianças... Para quem é a escola?
Acho o blog de vocês "top de linha", parabéns!
Abraços,
Maria Docente